"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles." Bertolt Brecht.

lunes, 18 de febrero de 2013

Los padres llevan su guerra al colegio en Alicante

Educación ultima un protocolo para regular las relaciones en los centros educativos con los progenitores separados

Rupturas. En la mitad de los 13.000 divorcios que hubo en la Comunidad en 2011 había niños de por medio. Los procesos de ruptura sin acuerdo acaban afectando emocionalmente a los menores y convirtiendo la escuela y los docentes en una trinchera más de la guerra entre los padres.

Los padres llevan su guerra al colegio

Rafel Montaner La salida de los niños del colegio es un momento de alegría. Sin embargo, se torna en pesadilla cuando padres separados en conflicto, a veces con abuelos de por medio, empiezan a discutir en la puerta de la escuela ante los ojos como platos de sus hijos y el resto de colegiales y padres. La escena, que podría parecer de película, es una triste realidad en algunos colegios de la Comunidad Valenciana donde incluso no es extraño ver como padres y abuelos se aferran a la valla del centro a la hora del patio. Llegan allí con la esperanza de ver o hablar con sus hijos o nietos cuando la otra parte les impide verlos.

Esta guerra de los padres por la custodia de sus hijos ha convertido a algunos centros educativos en trincheras de un conflicto en alza puesto que los procesos de ruptura matrimonial sin acuerdo amentaron un 43% entre 2005 y 2011 en la Comunidad. Hay que tener en cuenta que la mitad de los casi 13.000 matrimonios valencianos que se divorciaron en 2011 tenían hijos menores de edad.

El presidente de la Asociación Valenciana de Directores de Infantil y Primaria (Avdip), Vicent Ripoll, explica que en los divorcios "si todo es amistoso no hay ningún problema, pero cuando no hay acuerdo los que más sufren son los niños que son utilizados por sus padres como arma arrojadiza". Ripoll alerta que estamos ante una situación "bastante frecuente", que suele ser "grave" cuando los progenitores convierten la escuela en un campo de batalla "en el que escolares y maestros estamos en el medio".

"El divorcio de los padres, cuando no hay acuerdo y los progenitores se llevan mal, acaba afectando a los niños emocionalmente", sostiene Ripoll. "La marcha de los estudios, si hacen o no los deberes, cómo van vestidos e incluso que traen de almuerzo -continúa el director- se convierten en la munición que los progenitores se lanzan en la guerra que libran por la custodia". Explica que los docentes "solo pueden dar a los padres informes pedagógicos y de actividades escolares, pero éstos lo que nos exigen es que nos posicionemos en favor de uno u otro". En la mayoría de casos conflictivos, añade, "no son los progenitores sino sus abogados quienes nos reclaman informes". Algo que no hacen, asegura, salvo que lo exija un juez.

"¿Adónde hemos llegado?"
Ripoll, que cuenta una vez acabó en el juzgado de menores con un alumno al ponerse a discutir los padres a la puerta del colegio sobre quién tenía que recoger al niño, ha sido llamado a declarar como testigo por un juez de Cáceres en el litigio abierto por la custodia de uno de sus alumnos. Una de las partes pide su testimonio de que el menor está escolarizado y que va todos los días a clase. "¿Adónde hemos llegado?", se pregunta.

El conflicto tiene múltiples frentes: Madres -en 2011 los jueces valencianos concedieron en el 80% de los divorcios con menores la guardia y custodia a la mujer- que rechazan que los tutores informen de las notas o de las actividades al padre o se niegan a que éste forme parte del consejo escolar; padres que se presentan a recoger a los niños cuando no les toca; progenitores que empiezan a insultarse en medio de las reuniones de aula e incluso disputas por el cambio o elección de centro educativo.

Todos estos incidentes los pusieron sobre la mesa los presidentes de las principales asociaciones de padres y abuelos que promueven la custodia compartida en la C. Valenciana en una reunión que mantuvieron el lunes con el secretario autonómico de Educación y Formación, Rafael Carbonell.

Con el fin de evitar todos estos conflictos, la Conselleria de Educación está ultimando un protocolo de actuación que regulará las relaciones de los centros educativos con los padres separados o divorciados. Carbonell detalla que el objetivo es "aclarar cómo deben actuar los centros teniendo en cuenta los derechos y deberes que asisten a los progenitores en función de si tienen la patria potestad o la guarda y custodia".

El protocolo, que conselleria quiere consensuar con las principales asociaciones implicadas, permitirá especificar cómo debe actuar el equipo directivo ante la competencia en la elección de centro, la recogida de los menores a la salida del colegio o instituto, el derecho a la información cotidiana de la madre o del padre separado que no convive con el hijo, la solicitud de permisos para actividades, así como la participación de los padres en el centro a través del consejo escolar.

Como primer apartado, el plan de actuación requerirá que ante situaciones de conflicto los centros soliciten a los padres y madres la sentencia judicial, o convenio regulador provisional, en su caso, o ya ratificado por el juez, en el que se recoja las medidas adoptadas en cuanto a la guarda y custodia, patria potestad, régimen de visitas, etc. En caso de separación, nulidad o divorcio, es la sentencia judicial, o el convenio regulador, "el que fija a cuál de los cónyuges atribuye la guarda y custodia, o si ésta la establece de forma compartida, fijando en la gran mayoría de los casos el ejercicio conjunto de la patria potestad, y el régimen de visitas o de convivencia con el otro progenitor", apuntan fuentes de Educación.

"Prima la patria potestad"
La presidenta de la Unión Estatal de Federaciones y Asociaciones por la Custodia Compartida (Uefacc), la valenciana Pilar Marco, que participó en la reunión con Carbonell, explica que desgraciadamente "en muchos casos, a quien le dan la custodia se cree que es el dueño del niño, y los hijos no son plantas, son personas que tienen sentimientos y, por tanto, los padres separados no deben llevar sus diferencias al colegio".

Marco admite que sin un protocolo de cómo actuar, "los docentes están desamparados, pues la mayoría de veces confunden la guardia y custodia con la patria potestad, que nada tiene que ver". "Lo que prima es este último concepto", apostilla. Así, pone como ejemplo lo que presenta como una situación muy habitual: "Si el profesor o el centro no informa al progenitor no custodio de las actividades escolares y el niño se va de excursión sin el permiso de una parte cuando ambos tienen la patria potestad, se arriesga a una denuncia del padre que no ha dado su consentimiento si al menor le ocurre algo".

Los centros deben adaptarse a las nuevas realidades familiares ya que la única orden de cómo proceder en estos casos son unas instrucciones del Ministerio de Educación emitidas en 1997. Marco se queja de que hay "docentes que se niegan a dar información sobre las notas de sus hijos a los padres que no tienen la custodia". "Los colegios -sostiene- deben tener más relación con los padres separados y notificar a ambos todo lo relativo a la vida escolar de sus hijos" si los dos conservan la patria potestad.

Dar información por igual
En situaciones de gran conflictividad -no es extraño oir a profesores relatar reuniones con los padres que han acabado con el rosario de la aurora cuando dos divorciados empiezan a lanzarse reproches e improperios delante de todos-, Marco entiende que lo mejor "es que los tutores hablen con los padres por separado y trasmitan la información por igual a los dos".

Otro drama muy visible y complicado de resolver es el de los padres y abuelos que acuden a la salida o entrada al colegio, e incluso a la hora del patio, para ver a sus hijos. "Si no hay mutuo acuerdo entre las partes o medidas provisionales -cuenta Marco-, normalmente los niños se quedan con la madre, con lo que el padre no verá a sus hijos hasta que no sale la sentencia, que en Valencia puede tardar dos o tres meses y en los pueblos 4 o 5, y eso es muy duro". La presidenta de Custodia Compartida ¡Ya! reclama por último que los colegios "no tomen parte" por ninguno de los padres en conflicto.

"Un cambio de centro nunca lo debería poder decidir un padre unilateralmente"
Uno de los aspectos que más urge clarificar en el protocolo que prepara la Conselleria de Educación es el proceso de elección de centro en el caso de padres separados o divorciados que comparten la patria potestad de su hijo. Hasta ahora, para matricular a un escolar en un centro basta con la firma de uno de sus tutores legales. Esto, cuando los padres chocan por todo, se convierte en una trampa que permite cambiar al menor de escuela o instituto sin que el progenitor no custodio de su consentimiento. Según Pilar Marco, presidenta de la asociación "Custodia Compartida ¡Ya!", estos cambios unilaterales de colegio "son muy frecuentes y llevarse al niño a otra autonomía o municipio es una especie de 'secuestro' al alza". "Al igual que no se puede empadronar a un menor sin la firma de los dos padres, un cambio de centro no lo debería poder decidir un padre unilateralmente". Vicent Ripoll, presidente de los directores de colegios públicos, alerta que cuando dos padres matriculan a su hijo en escuelas diferentes por falta de acuerdo "se crea una duplicidad que perjudica claramente al niño, pues al quedar relegado al final del proceso pierde cualquier prioridad para acceder al centro elegido". Tanto Ripoll como Marco coinciden en que Educación debería exigir las firmas de ambos progenitores.

http://www.diarioinformacion.com/alicante/2013/02/17/padres-llevan-guerra-colegio/1344784.html

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