<<Todos los que hoy creemos en la igualdad efectiva, en las libertades individuales y en los derechos fundamentales de las personas (no solo en los de las mujeres, sino en los de todas las personas, especialmente de los menores), tenemos que dar las gracias a Francisco Serrano, pero también a su familia, a sus compañeros y compañeras de la carrera judicial que lo respaldan, a tantos y tantas periodistas, juristas, psicólogos, escritores, catedráticos, profesores y personas de toda formación y condición que lo apoyan y alientan.>>
<<A los políticos que hacen las leyes nada hay que agradecerles, sino bien al contrario, reprocharles haber creado, a instancias de un grupo de radicales y por razones electoralistas, un perverso sistema penal paralelo que está fracasando estrepitosamente, y que hasta la fecha ningún partido se ha atrevido a cuestionar, por un absurdo miedo a perder votos de las mujeres, cuando la inmensa mayoría de nuestras madres, hermanas, hijas y esposas solo desea igualdad, no privilegios, y a nuestros hijos nadie los escucha cuando lo necesitan.>>
DE JUAN MORÓN, Ignacio, (2011), “La batalla de Granada”, ABC, Tribuna, 25/10/2011.
<<Cualquier observador desapasionado se pregunta cómo puede mantenerse entero, animoso y beligerante el juez Francisco Serrano, y sobre todo, cómo asume su propia familia las fatigas y dolores que conlleva su entrega incondicional a la causa de los menores y la igualdad entre mujeres y hombres (hay que escribir primero mujeres, porque hoy tienen un sinnúmero de privilegios sobre los hombres, sobre todo en el ámbito penal). En estos tiempos en los que se impone el miedo, el egoísmo, el adocenamiento, el pensamiento único y la corrección política, es admirable que un individuo, a quien no le va nada personal en ello, se entregue con ardor a su profesión, que es impartir justicia, de forma natural, cuerda y sensata, interpretando la Ley bajo unos principios que comparte la mayoría de la sociedad, pero que chocan frontalmente con el “stablishment” político de un falso progreso social.
A Serrano le han anulado conferencias y seminarios sobre derecho de familia, violencia doméstica…
…custodia compartida o derechos de los menores a los que iba a acudir como ponente cuando las feministas radicales se han enterado y han presionado al ayuntamiento o administración de turno que organizaba o financiaba el acto. Este proceder, propio del estalinismo soviético y del calvinismo ginebrino más integrista, dice mucho de la clase de personas que, incrustadas en el mando del Estado, llevan ya ocho años intentando transformar nuestra sociedad con el arma más poderosa que tienen, que es el Boletín Oficial del Estado. Pese a todo, ha seguido denunciando, cada vez que ha tenido oportunidad, el abandono y olvido de los menores y la flagrante desigualdad discriminatoria contra los hombres. Ha seguido impartiendo justicia interpretando la Ley bajo sus principios éticos, que son los de casi todos, sin saltarse nunca los límites del ordenamiento jurídico. Por eso su figura es, para muchos y muchas, propia de otros tiempos más heroicos.
La argumentación del voto particular discrepante de uno de los tres magistrados del TSJA revela que era mucho más fácil interpretar la actuación del juez Serrano en el caso del “niño cofrade” como correcta y ajustada a derecho, que tipificarla como prevaricación imprudente. Por encima de las personas implicadas, en Granada ha tenido lugar una batalla entre el derecho penal y el derecho civil, entre el Estado que asfixia al individuo y atenaza la justicia, y la sociedad que no desea que el Estado se meta en sus casas; una batalla entre los juzgados de Violencia sobre la Mujer, aberración jurídica que nunca debió ver la luz, y los juzgados de familia, que son los que de forma natural deben ocuparse de los problemas familiares. Porque es imposible comprender qué tiene que ver la violencia sobre las mujeres con que un niño de once años salga en una cofradía; tan imposible como descifrar la relación entre el tocino y la velocidad. De aquí se concluye la evidente politización y vulnerabilidad del poder judicial a las ideologías, que venimos denunciando desde hace tiempo. Lo que nadie puede negar es que tres magistrados de la sala de lo civil de la Audiencia Provincial de Sevilla ya dictaron que la medida adoptada por el juez fue correcta y ajustada a derecho, y que uno de los tres magistrados del TSJA ha considerado lo mismo. Solo dos de entre seis jueces han considerado culpable a Serrano, aunque – parece un sarcasmo – diciendo al mismo tiempo que la pena que imponen les parece excesiva, por lo que acuerdan pedir al gobierno un indulto que la rebaje a seis meses, humillante epílogo añadido a la “pena de banquillo” que ya ha sufrido. He aquí el imperio del derecho penal sobre el civil, la caída en el derecho penal de cualquier conducta que se oponga a la ideología dominante. Si el fallo es recurrido, veremos qué ocurre en la Batalla de Madrid.
Todos los que hoy creemos en la igualdad efectiva, en las libertades individuales y en los derechos fundamentales de las personas (no solo en los de las mujeres, sino en los de todas las personas, especialmente de los menores), tenemos que dar las gracias a Francisco Serrano, pero también a su familia, a sus compañeros y compañeras de la carrera judicial que lo respaldan, a tantos y tantas periodistas, juristas, psicólogos, escritores, catedráticos, profesores y personas de toda formación y condición que lo apoyan y alientan. A los políticos que hacen las leyes nada hay que agradecerles, sino bien al contrario, reprocharles haber creado, a instancias de un grupo de radicales y por razones electoralistas, un perverso sistema penal paralelo que está fracasando estrepitosamente, y que hasta la fecha ningún partido se ha atrevido a cuestionar, por un absurdo miedo a perder votos de las mujeres, cuando la inmensa mayoría de nuestras madres, hermanas, hijas y esposas solo desea igualdad, no privilegios, y a nuestros hijos nadie los escucha cuando lo necesitan.>>
DE JUAN MORÓN, Ignacio, (2011), “La batalla de Granada”, ABC, Tribuna, 25/10/2011.http://plataformaporlaigualdad.es/?p=5604&mid=514
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